domingo, 7 de julio de 2024

Suplemento dietario con tecnología del CONICET que aborda los síntomas del COVID-19 prolongado

  

Echa Marine, un innovador suplemento dietario con tecnología del CONICET que mejora de manera significativa las secuelas de COVID-19 prolongado.

Lanzan un suplemento dietario con tecnología del CONICET que aborda los síntomas del COVID-19 prolongado

El producto, que mejora significativamente los síntomas, fue aprobado por ANMAT, se llama Echa Marine y fue desarrollado por ERISEA, la primera empresa de Base Tecnológica en la Patagonia con licencia exclusiva de biotecnología acuícola del CONICET.

El COVID-19 prolongado es una enfermedad a menudo debilitante que ocurre en al menos el 10% de las infecciones por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) y se estima que al menos 65 millones de personas lo padecen a nivel mundial y los casos aumentan a diario. 

Tamara Rubilar, investigadora del CONICET y cofundadora de ERISEA

Esta condición se caracteriza por fatiga, síntomas respiratorios, neurológicos, cognitivos, musculares y otros que afectan de manera significativa la salud y por lo tanto la calidad de vida de los pacientes.

En este contexto, llega al mercado Echa Marine, un innovador suplemento dietario que mejora de manera significativa las secuelas de COVID-19 prolongado. 

El producto, aprobado ANMAT, fue desarrollado por ERISEA, la primera empresa de Base Tecnológica en la Patagonia con licencia exclusiva de biotecnología acuícola de CONICET

Se comercializa en la tienda nube de la empresa y en farmacias en la Provincia del Chubut.

El lanzamiento oficial de Echa Marine tuvo lugar en la Casa de la Provincia del Chubut, en la ciudad de Buenos Aires, y es el resultado de una colaboración entre el CONICET, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, hospitales públicos y el sector privado a través de la empresa pesquera Mirabella SRL. 

Echa Marine contiene antioxidantes que se aíslan de huevas no fecundadas de un erizo de la especie Arbacia dufresnii que habita en los mares argentinos

Al evento concurrieron autoridades de la Provincia del Chubut, del CONICET, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), y hospitales públicos, y se presentaron los resultados de una prueba médica doble ciego, realizada en los hospitales Santojanni, Ramos Mejía y Muñiz, que demostró la eficacia terapéutica del producto en pacientes con COVID-19 prolongado.

Tres meses de tratamiento con un consumo diario de tres mililitros (ml) del suplemento dietario por la mañana en ayunas y 3 ml por la tarde, promovió un bienestar óptimo en los pacientes con COVID-19 prolongado. 

Tamara Rubilar, investigadora del CONICET y cofundadora de ERISEA, destacó que los pacientes tratados “tuvieron una recuperación rápida y efectiva mejorando así su calidad de vida. 

Nuestro desarrollo disminuyó dolores musculares, la disnea (dificultad respiratoria) y redujo la anosmia (pérdida total del olfato). También se comprobó una notable mejoría de los síntomas cognitivos y neurológicos como la atención, la memoria y la función ejecutiva”.

Echa Marine contiene antioxidantes que se aíslan de huevas no fecundadas de un erizo de la especie Arbacia dufresnii que habita en los mares argentinos

El grupo que recibió el tratamiento incrementó la cantidad de metros en el test de caminata de seis minutos y las secuelas tomográficas de la neumonía mejoraron 5.5 veces más rápido.

Uno de los síntomas que más afectan a los pacientes con COVID-19 prolongado es la fatiga crónica. 

“Nos alegró observar que Echa Marine ayuda a revertir la fatiga crónica en los pacientes. 

Esto redundó positivamente en su salud, en su calidad de vida y también en su estado emocional”, destaca Rubilar, también vicedirectora del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR – CONICET) y Docente Investigadora de la UNPSJB.

Echa Marine contiene antioxidantes que se aíslan de huevas no fecundadas de un erizo de la especie Arbacia dufresnii que habita en los mares argentinos.

Durante el lanzamiento, el presidente del CONICET Daniel Salamone, expresó: 

“Rescato el interés de actores del sector privado que apuestan a un proyecto científico, esto es sumamente significativo. 

Hay muchas enseñanzas que podemos capitalizar a futuro, primero la multidisciplinariedad, en este caso una bióloga que se reunió con empresarios, inversores, médicos y otros especialistas. 

También se necesitó el apoyo de organismos regulatorios. 

Este ejemplo exitoso de transferencia tecnológica tiene que ser el camino, hay muchos otros casos como este, y desde el CONICET apuntamos a eso”. 

ERISEA S.A. está emplazada en el Parque Industrial Pesquero de Puerto Madryn y se constituye como primera empresa de base tecnológica (EBT) del CONICET en Patagonia.

Y agregó: “Felicito a la Dra. Rubilar y su equipo que junto al apoyo del sector público y privado lograron lanzar al mercado un producto que beneficia a la salud humana”.

Por su parte, el socio inversor de ERISEA S.A. Pedro Mateos sostuvo: 

“Apostamos y trabajamos en desarrollar la ciencia y tecnología en Chubut, estamos orgullosos de presentar Echa Marine, un producto basado en ciencia y tecnología. 


Lanzamiento oficial de Echa Marine

Más allá de la inversión económica que fue muy importante destaco la inversión de tiempo en investigación y desarrollo. 

Nuestro proyecto es un claro ejemplo de que cuando hay una conjunción orgánica entre lo público y lo privado se pueden tener excelentes resultados. Por lo cual, invito a otros inversionistas a animarse y a invertir en estos proyectos de ciencia y a los científicos a que sigan generando estos proyectos que le pueden cambiar la vida a la gente”.

Lanzamiento oficial de Echa Marine

En tanto, el secretario de Ciencia y Tecnología de Chubut, Guillermo Defossé, destacó el alto nivel de los recursos humanos especializados en ciencia de la provincia del Chubut y que Echa Marine es un ejemplo de conocimiento científico aplicado que brinda soluciones a un problema que afecta a la salud humana.  

También estuvieron presentes en el evento, la secretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Paula Nahirñak; el jefe de la Unidad de Neumotisiología del Hospital Santojanni y líder médico para las pruebas de Echa Marine y secuelas del “COVID-19” Fernando Saldarini, y la rectora de la UNPSJB Lidia Blanco.

Un tesoro bajo el mar

Los erizos de mar poseen innumerables beneficios para la salud humana. Sus propiedades terapéuticas fueron descubiertas en el siglo XVII en Oriente, y desde entonces se han estudiado científicamente.

El componente activo del suplemento dietario Echa Marine son las espinacromas, unas moléculas contenidas en las huevas no fecundadas de un erizo de la especie Arbacia dufresnii que habita en los mares argentinos y que han sido estudiadas científicamente por el laboratorio de Rubilar en el CESIMAR

“Las espinocromas son muy beneficiosas porque son antioxidantes marinos que disminuyen la inflamación celular y mejoran el sistema inmune”, puntualiza Rubilar.  

Al finalizar el estudio con los pacientes con COVID-19 prolongado, los análisis demostraron que la administración del suplemento dietario con tecnología del CONICET aumentó los niveles de la interleuquina 10 (una proteína antiinflamatoria del sistema inmune), y disminuyó la interleuquina 2 proinflamatoria.

“Lo que también pudimos comprobar es que las espinocromas también tienen la capacidad para incrementar la densidad y función de las mitocondrias que son las fábricas de energía celular. Esta propiedad de mejora de la función mitocondrial celular es la que ayuda a revertir la fatiga crónica de los pacientes”.

Para la investigadora del CONICET “es una gran satisfacción participar del desarrollo de un producto que brinda soluciones para una pandemia global. 

El lanzamiento de Echa Marine demuestra que la investigación básica no solo es indispensable, sino que es la que realmente genera transformaciones y no puede subestimarse. 

Porque si nosotros no tuviésemos toda la información básica biológica y bioquímica del erizo de mar, jamás hubiésemos podido desarrollar la biotecnología acuícola, que fue después la que permitió generar la empresa de base tecnológica y el desarrollo de este producto”.

Asimismo, Rubilar destaca “que la articulación del CONICET, la UNPSJB, el sector privado, hospitales públicos y otros organismos provinciales que acompañaron todo el proceso como el Ministerio de Salud, el de Producción, Ambiente, la Secretaría de Pesca, el Departamento. de flora y fauna y el de Bromatología, constituye un ejemplo claro de ciencia traslacional para brindar una solución a un problema de salud. 

También nos enorgullece demostrar que es posible desarrollar productos con tecnología de alta calidad en la Patagonia, lejos de los grandes centros urbanos y biotecnológicos”.

Echa Marine es de venta libre y quienes padecen COVID-19 prolongado pueden consumir 3 ml por la mañana y 3 por la tarde durante 3 meses. 

El producto viene con dos frascos que duran un mes.

ERISEA S.A. está emplazada en el Parque Industrial Pesquero de Puerto Madryn y se constituye como primera empresa de base tecnológica (EBT) del CONICET en Patagonia, en la que convergen esfuerzos del sector privado (Mirabella SRL), organismos de promoción de la I+D+i nacionales, provinciales y municipales (CONICET, SCTeIP de la Provincia de Chubut, MINCyT, UNPSJB, Municipalidad de Puerto Madryn, entre otros), y del CESIMAR-CONICET.

CONICET

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miércoles, 9 de marzo de 2022

EBT para cultivar erizos de mar

   

 Investigadores e investigadoras del CONICET trabajan en una Empresa de Base Tecnológica para cultivar erizos de mar

La planta piloto a escala industrial tiene como objetivo desarrollar un sistema de cultivo de huevos de erizos de mar con bienestar animal a partir de biotecnología, para que puedan ser utilizados en suplementos dietarios. 

La EBT fue creada en el seno del CCT CENPAT.

Los erizos de mar, esos seres invertebrados de diferentes fisionomías que viven en el fondo marino y que son “pinchosos”, poseen innumerables beneficios para la salud humana. 

Sus propiedades fueron descubiertas en el siglo XVII en Oriente, y desde entonces se han comprobado sus beneficios en la salud humana como por ejemplo para tratar el dolor de cabeza, las inflamaciones y los dolores de pecho.

Con el análisis de esa información ancestral de base, más la recabada por sus propias investigaciones, la Dra. Tamara Rubilar, investigadora en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR – CENPAT) en el Centro Nacional Patagónico (CCT CONICET-CENPAT), junto a un equipo, emprendió el camino hacia la conformación de una EBT empresa de base tecnológica que le permitiera montar en Puerto Madryn, una planta piloto de acuicultura de erizos de mar. 

¿Para qué? 

Para desarrollar  productos biotecnológicos para la salud y alimentación humana.

Lic. Marisa Avaro, del área de Calidad (izq), y Dra. Tamara Rubilar (der.)

La empresa en cuestión se llama EriSea y al momento ya tiene montada su planta piloto en el Parque Industrial Pesquero de Puerto Madryn, y abastecerá a una pyme local encargada de elaborar los productos finales. 

Sus representantes también lograron, en un trabajo articulado con el Departamento de Bromatología de Chubut y la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), incorporar a los erizos de mar en el código alimentario argentino, y ya han obtenido los números de registros alimentarios en la provincia.

“Estos huevos tienen espinocromas que son polifenoles marinos, moléculas conocidas por sus beneficios para la salud. 

Basándonos en el conocimiento científico generado, y sabiendo que estos erizos de mar contienen espinocromas, comenzamos a analizar si podíamos manipular las mismas. 

Es decir, hacer biotecnología aplicada a la acuicultura sustentable, ¿qué es esto? significa generar ciertas condiciones para que los erizos produzcan 500 veces más espinocromas que en el mar. 

De manera contraria, tendríamos que plantear una actividad pesquera del tipo extractiva, y no es nuestro caso. 

Esto genera un rendimiento mucho mayor que va dentro del 10 o el 15% extra, asegura el bienestar del animal, y además que no usamos solventes ni contaminantes en el mar”, señala Tamara Rubilar  para explicar parte del trabajo de ERISEA.

Planta Industrial en donde se montó la planta piloto acuícola de Erisea, en Puerto Madryn, Chubut.

La empresa, que diseñó su planta en base recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como la FAO, y del SENASA, tiene como premisa el bienestar animal. 

“Lo que estamos desarrollando desde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) es todo el know how para poder cultivar erizos de mar de una forma saludable, con bienestar animal, para que los animales sean los más productivos posibles. 

Porque lo que sucede en esta industria es que si el animal no está cómodo, ni saludale, no genera huevos”, advierte la científica.

En cuanto al desarrollo de productos finales que llegarán a la mesa del consumidor/a, Rubilar es muy clara: 

“Nos dedicamos solo al desarrollo acuícola”. 

Es que a nivel científico, el CONICET se ocupa únicamente del desarrollo de I+ D. 

El resultado esperado de ese desarrollo es que EriSea pueda  generar sus propios erizos de mar, tener su propio sistema de cultivo para obtener sus huevos. 

El destino final de esos huevos es generar suplementos dietarios como los conocidos antioxidantes.

“Los suplementos dietarios suplen la ausencia o los bajos niveles en el cuerpo de vitaminas,  minerales, entre otros nutrientes, algo bastante usual sobre todo teniendo el tipo de alimentación ultraprocesada que la mayoría de la población consume. 

En Argentina y el mundo este tipo de suplementos creció muchísimo con la pandemia para mejorar el sistema inmunológico”, señaló Rubilar y agregó: 

“Esperamos este año tener todo listo para salir a la venta, estamos en las etapas finales con los organismos reguladores para poder tener todos los permisos necesarios”.

Dr. Augusto Crespi, del área Bienestar Animal (izq) , y Dra. Tamara Rubilar (der.), ambos científicos del CCT CONICET-CENPAT

Del mar al laboratorio, y de éste a la industria

“Realmente es muy difícil salir del mundo científico y escalar un proyecto científico en el ámbito productivo-empresarial

En nuestro caso, nos ayudó mucho el acompañamiento y asesoramiento de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET, y el seguimiento con su Oficina radicada en el CENPAT”, comenta Rubilar al ser consultada por cómo atravesó la interfase entre ciencia y mundo empresarial y productivo.

Dra. Tamara Rubilar, investigadora del CCT CONICET-CENPAT y co-fundadora de Erisea

Desde que el proyecto se transformó en una empresa, comenzaron resolverse varias cuestiones como lo fue el armado del equipo de trabajo. 

Además del personal científico vinculado al CCT CONICET – CENPAT, se sumaron empleados con formaciones específicas en la industria pesquera como ingenieros, directores de planta, de mantenimiento y de producción, técnicos acuícolas, entre otros/as. 

“Supimos corrernos de ciertos lugares para que los que saben hagan lo suyo.  

La articulación y la confianza de los dos mundos fue clave”, finaliza Rubilar.

CCT CENPAT

CONICET

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jueves, 16 de septiembre de 2021

Parkinson Coctel de bacterias lacticas reduce sintomas motores en modelo animal

  


Los autores del estudio Daiana Pérez Visñuk (izq.), Graciela Savoy de Giori, Jean Guy LeBlanc y Alejandra de Moreno de LeBlanc, del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán.

El estudio, liderado por científicos del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, sienta bases para el desarrollo futuro de un suplemento dietario que sirva tanto para estrategias de prevención como de tratamiento.

Un estudio preclínico sienta bases para explorar la posibilidad de desarrollar un suplemento dietario que contenga una mezcla de tres bacterias lácticas destinado principalmente a adultos mayores para prevenir o enlentecer la progresión de la enfermedad de Parkinson.

IR A LA NOTA

Agencia CyTA-Leloir

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jueves, 26 de agosto de 2021

Suplementos dietarios en polvo destinados a adultos mayores


Se realizará un estudio de factibilidad sobre la producción nacional de suplementos dietarios en polvo destinados a adultos mayores

A través del Programa ImpaCT.AR, creado por al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se financiará la ejecución del proyecto denominado “Estudio de factibilidad de la producción nacional de suplementos dietarios en polvo destinados a adultos mayores”, por 2 millones de pesos.

MÁS INFORMACIÓN

MINCyT

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martes, 14 de mayo de 2019

Diplomatura en Alimentación y Suplementación para la Actividad Física y Deportiva



Informes e inscripción:
Horario: 09.00 - 17.00
Tel. 1147203565 - Cel. 1123031325

PCyT




viernes, 26 de abril de 2019

Diplomatura en Alimentación y Suplementación para la Actividad Física y Deportiva



Instituto Universitario River Plate Extensión Universitaria
Con la colaboración del Parque Científico y Tecnológico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (PCyT FAUBA)

Presentación charla informativa gratuita

Diplomatura en Alimentación y Suplementación para la Actividad Física y Deportiva

Fecha de la Presentación :  9 de mayo de 2019 a las 18:00

Sede: Instituto Universitario River Plate - Avenida Figueroa Alcorta 7597, CABA

Enviár Nombre, Apellido, DNI , profesión o cargo via promocionpcyt@agro.uba.ar

Fecha de inicio de la diplomatura: viernes 7 de junio de 2019

Presentarán la diplomatura:

Lic. Marcela Denatale

Responsable del Instituto de Extensión Universitaria y del Área de Comunicación Institucional

Lic. Alessandro Piovesana

Coordinador del Parque Científico y Tecnológico de la FAUBA

Docentes de la diplomatura que disertarán durante la presentación:

Dr. Daniel Kelly

Director y profesor adjunto de Prácticas en el Programa de Gestión de la Industria Deportiva en la Universidad de Georgetown desde 2016.

Se desempeñó como profesor asociado y director de Gestión Deportiva en el Wilmington College. Enseñó durante seis años en la Universidad de Sales.

Posee un doctorado en Dirección de Deportes de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus, una maestría en Estudios del Deporte y una licenciatura en Administración de Empresas por la Farmer School Of Business, Universidad de Miami, Oxford.

Lic. María Fernanda Garat

Licenciada en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (1998-2002), M.N. 3652.

Diploma de Honor en la Facultad de Medicina.

Medalla de oro en la Escuela de Nutrición de la UBA.

Es antropometrista Nivel II ISAK (2010).

Cuenta con una especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional (2012-2015), Universidad Nacional de Mar del Plata, Ministerio de Desarrollo Social.

En el Club Atlético Vélez Sarsfield, es responsable de la nutrición del plantel de fútbol y se desempeña en el departamento médico, donde también atiende a deportistas de otras disciplinas.

Es Lic. en Nutrición del Equipo de Medicina del Deporte en Obra Social Luis Pasteur.

Posee un consultorio de nutrición deportiva particular. Realiza evaluaciones antropométricas y planes personalizados para deportistas amateurs y profesionales.

Atención en Box de Crossfit.

Dr. JUAN MATIAS BARREIRO

Abogado de la Universidad de Belgrano, especializado en Gestión de la Salud y Liderazgo en la Harvard Business School, en los EE.UU. Fundador Presidente de FUSADE (Fundación Salud, Deportes y Educación).

Director Comercial y de Asuntos Institucionales del Sanatorio Colegiales de Buenos Aires, institución de salud de alta complejidad para adultos.

Miembro del Directorio y accionista (hijo del fundador). Director Comercial (y accionista/miembro del Directorio) de la empresa de medicina prepaga COBERMED

Gerente General de Ionic S.A., proveedora de diagnósticos por imágenes para el Sanatorio Colegiales.


Intercambio de consultas e información con los asistentes.

Refrigerio de cierre del lanzamiento.

Diplomaturas IURP - PCyT



martes, 19 de marzo de 2019

Desechos de zanahoria - Crean biocombustibles y suplementos dietarios


Lic. Daniel Cardell, Dr. Juan C.Yori, Dra. Debora Manuale, Dr. Gerardo Torres y Lic. José Molli. 
Foto: Alberto Perezlindo CONICET Santa Fe.

La planta piloto de aprovechamiento de desechos de esta hortaliza está en Santa Fe y fue motorizada por investigadores del CONICET y la UNL junto a una empresa local.

De cada diez mil kilos de zanahoria que se producen en Santa Fe, cuatro mil terminaban como desechos.

El voluminoso descarte de la producción de zanahorias generaba, entre otros problemas ambientales, malos olores, proliferación de roedores y degradación de los suelos.

Todo eso sucedía hasta que en el año 2013, desde la empresa “Val Mar” -dedicada al lavado y empaque de zanahorias en la localidad de Santa Rosa de Calchines- se contactaron con investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) para buscar una solución al asunto.

La idea que surgió fue crear una planta que permita reciclar los desechos de la hortaliza en biocombustibles y suplementos dietarios.

El primer paso que dieron los investigadores fue estudiar la composición de la zanahoria.

“Esta hortaliza está compuesta en un ochenta por ciento de agua, pero si seguimos en orden decreciente aparecen los azúcares -casi su totalidad fermentables y posibles de transformar en alcohol-, luego las fibras y los carotenos”, señala Juan Carlos Yori, doctor en Ciencias Químicas del CONICET que trabaja en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE).

Con esa información, en 2014 idearon una planta para producir bioetanol, fibras y colorantes naturales a partir del descarte.

Primero la construyeron a escala de laboratorio y luego, en septiembre de 2018, la inauguraron como planta piloto, con capacidad para procesar dos toneladas de descarte por día.

Tal como explicaron los investigadores que lo idearon, los azúcares presentes en la zanahoria tienen la característica de ser en su totalidad fermentables, por lo que pueden transformarse en bioetanol de segunda generación, útil para la industria de los combustibles, bebidas, farmacopea, perfumería, entre otras aplicaciones.

Y el biocombustible producido en la planta piloto se utiliza como solvente de extracción para obtener otros bioproductos: fibras dietarias y carotenos.

Las fibras dietarias y los carotenos obtenidos, en tanto, demandan una etapa de refinamiento y adecuación de sus propiedades para poder utilizarlos como aditivos para la preparación de alimentos funcionales o suplementos dietarios.

“En esta etapa pudimos llevar los subproductos a una fase de utilización en alimentos y en la forma de suplementos dietarios.

Teníamos un precipitado con caroteno (colorante natural) que debimos emulsionar para presentarlo como los productos (colorantes) que compra un panadero o la fábrica de pastas.

También probamos la incorporación de la fibra en la fabricación de chorizos, hamburguesas y fiambres.

Y en lo que respecta a quesos y yogures, lo hicimos en colaboración con el INLAIN (CONICET-UNL)”, explicó Yori.

Hoy, la planta piloto ya genera colorante natural, cápsulas y comprimidos de fibra dietaria para consumo personal y fibra empaquetada para incorporar en la producción de alimentos.

En cuanto a la rentabilidad, si bien el objetivo inicial de la planta piloto era recuperar los costos de lo que el productor pierde con el descarte de la zanahoria, los resultados fueron más allá.

Hay que tener en cuenta que el costo de las semillas, siembra, laboreo, riego, plaguicidas y cosecha es de mil dólares por hectárea, y con los descartes, de cada tres hectáreas sembradas de zanahoria, el productor pierde una.

Con la planta industrial, cada cien toneladas de zanahoria -que es lo que se cosecha en una hectárea aproximadamente de acuerdo a la variedad- pueden producirse cinco mil litros de alcohol (con un precio de un dólar por litro), veinte kilos de caroteno (que se importan a un precio de entre setecientos cincuenta y mil dólares por kilo) y tres mil kilos de fibra (que se importa a quince dólares el kilo), lo que la hace mucho más rentable de lo pensado.

Los investigadores que idearon esta solución pertenecen al Grupo de Valorización de Descartes Agroindustriales (GVDA), formado por investigadores del INCAPE, eI Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC) y la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

“En lo que respecta a la planta industrial de aprovechamiento de descartes de zanahoria, se terminó el plan de negocios del proyecto y está en evaluación de dos posibles inversores”, señaló por su parte Débora Manuale, investigadora del CONICET que pertenece al GVDA.

El Grupo de Valorización de Descartes Agroindustriales (GVDA) está conformado por Juan Carlos Yori, Pablo Torresi y Debora Manuale, investigadores del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica “Ing. José Miguel Parera” (INCAPE, CONICET-UNL); Enrique Mammarella, investigador del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC, CONICET-UNL); José Saturnino Molli y Daniel Cardell, Personal de Apoyo del CONICET; Gerardo Torres, docente-investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL); y Adriana Clementz (becaria CONICET-IPROBYQ Rosario), quien realizó sus estudios de doctorado en el INCAPE.

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